Phalacrocorax bouganvilli
Crucificado en la roca, inmóvil cruz de pelo negro
se quedo allí terco y torcido. El sol cayó como un caballo
sobre las piedras de la costa: sus herraduras desataron
un millón de chispas furiosas, un millón de gotas de mar
y el crucificado volante no parpadeó sobre la cruz:
la ola se hinchaba y daba a luz: temblaba la piedra en el parto:
susurraba suave la espuma y alli como un negro ahorcado
seguía muerto el cormorán, seguia vivo el cormorán,
seguía vivo y muerto y cruz, con las rígidas alas negras
abiertas encima del agua: seguía como un garfio cruel
clavado a la sal de las rocas y de tantos golpes de cólera,
de tanto verde y fuego y furia, de los poderes reunidos
en el silbante litoral él parecía la amenaza:
él era la cruz y la horca: la noche clavada en la cruz,
la agonía de las tinieblas: pero de pronto huyó en el cielo,
volo como una flecha negra y subió cíclico volando
con su traje de nieve negra, con pausa de estrella o de nave.
Y sobre el desorden del mar -dentelladas de mar y frío-
voló voló voló voló su ecuación pura en el espacio.
Arte de Pájaros (1966), Pablo Neruda
1 comentario:
Ke bonito....
es ke el Sr. Neruda..es el Sr. Neruda!!!
Saludos!!
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